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Desde este espacio los invitamos a pensar, tanto los acontecimientos políticos como las producciones filosóficas y espirituales de nuestro continente y del Mundo Islámico, más allá de los presupuestos ideológicos a partir de los cuales se construye "la realidad" desde los medios masivos de comunicación y de los que se nutren, también, las categorías de análisis de buena parte de la producción académica.

Esperamos sus aportes.

domingo, octubre 07, 2012

La Ciencia de la Gnosis - Mutahhari


       En memoria del Profesor Ayatola Murtada Mutahhari.jpg



LA CIENCIA DE LA GNOSIS

Allahmah Murtaza Mutahhari



La ciencia de la gnosis es una de las ciencias que nacieron y crecieron en el regazo de la cultura islámica.
Esta ciencia puede ser estudiada e investigada desde dos ángulos: el sociológico y el científico.

Hay una diferencia importante entre los gnósticos y los estudiosos de otras ciencias islámicas, como los tradicionalistas, los comentadores del Corán, los juristas, los teólogos, los literatos y los poetas: aunque los gnósticos también pertenecen a la clase de los estudiosos e idearon la ciencia de la gnosis y produjeron grandes eruditos que escribieron importantes libros sobre la materia, a diferencia de otros prefirieron formar un grupo social aparte en el mundo islámico. Los estudiosos de otras materias, en cambio, por ejemplo los juristas, son solamente especialistas, pero no se consideran un grupo social distinto.

Desde el punto de vista científico los especializados en gnosis (‘Irfãn) se llaman gnósticos (‘Ãrifs), pero desde el punto de vista social son mayormente conocidos como sufis.

De todos modos, los gnósticos y sufis no son un grupo religioso organizado separado, ni ellos afirman serlo. Se encuentran diseminados en todos los grupos musulmanes. Pero desde el punto de vista social forman un grupo separado y un cuerpo separado al tener sus características, ideas y formas de vida especial. Visten un tipo de ropa particular y llevan el cabello de una manera particular. Viven en sus comunidades, etc.. Así, en un cierto grado, los sufis se han convertido en un grupo aparte tanto desde el punto de vista religioso como desde el punto de vista social.

No obstante, ha habido y hay aún, especialmente entre los šî‘itas, gnósticos que aparentemente no se diferencian (de los demás musulmanes) no obstante estar estrechamente relacionados con la gnosis y el camino espiritual. En realidad, son ellos los verdaderos gnósticos, no quienes han inventado cientos de rituales e innovaciones.

Aquí nos proponemos discutir la gnosis solamente como una rama de las ciencias islámicas, lo que no tiene nada que ver con los sufis como grupo social, o con los rituales adoptados por los mismos.

Si hubiésemos querido discutir el aspecto social del misticismo hubiera sido necesario que nos ocupáramos de las causas que dieron origen a estos grupos y habríamos hablado de su influencia positiva y negativa sobre la sociedad musulmana, habríamos visto cómo interactuaron con otros grupos musulmanes, cómo incidieron sobre las ciencias islámicas y qué efecto produjeron en lo que hace a la propagación del Islam. Pero ahora no nos ocuparemos de esos temas y nos proponemos discutir la gnosis solamente como una ciencia.

Desde el punto de vista científico la gnosis tiene dos aspectos: uno práctico y el otro teórico.
El aspecto práctico de la gnosis es esa parte de la misma que describe la relación del hombre con el mundo y con Dios. Determina estas relaciones y explica los deberes que las mismas transmiten al ser humano.
Siendo una ciencia práctica, esta parte de la gnosis se asemeja a la ética. La diferencia entre ambas la explicaremos más adelante.

Esta parte de la gnosis se llama Saîr wa Sulûk (camino o viaje espiritual). Explica desde dónde debería iniciar su camino la persona que desea alcanzar la meta de la humanidad, es decir, el monoteísmo; en qué orden debería recorrer los estadios y las “estaciones” intermedias y qué “situaciones” se espera que sobrelleve durante su camino. Para este propósito es esencial responder a la supervisión de un guía espiritual plenamente experimentado, versado en los procedimientos del camino y que él mismo haya pasado a través de todos sus estadios. Sin la guía de un preceptor así de perfecto (llamado a veces Jizr), el Sãlik (viajero o novicio) puede perder el camino y extraviarse.

Dice un poeta: “No intentes avanzar sin estar acompañado por un Jizr. Oscura es la senda: cuídate de no perder el camino”.

El monoteísmo o la Unicidad de Dios, que busca el gnóstico y resulta el objetivo más elevado de la humanidad, es completamente distinto del monoteísmo de la gente común. Para un filósofo la unidad de Dios significa que solamente hay Una Existencia Esencial, solamente una.

Los gnósticos sostienen que la Unicidad de Dios significa que Dios es realmente la única Existencia. La existencia de todo lo demás es ilusoria.

El monoteísmo del gnóstico yace en hacer un viaje espiritual y por ese medio alcanzar el estadio donde no pueda ver otra cosa sino a Dios.

Los contrincantes de los gnósticos no solamente no creen en tal estadio, sino que a veces lo catalogan de idea herética. Por el contrario, para los gnósticos el monoteísmo real es solamente alcanzar dicho estadio, y todos los otros grados de creencia son heterodoxos. De acuerdo a los gnósticos el ser humano no puede alcanzar ese estadio por medio de la comprensión intelectual. Solamente lo puede alcanzar por la limpieza y purificación del corazón, extinguiendo sus bajos deseos y emprendiendo un viaje espiritual.

Este es el aspecto práctico de la ciencia de la gnosis y en este sentido se asemeja a la ética, la que también se ocupa de la cuestión de cómo debería procederse. Veamos las diferencias entre ambas ciencias.

a) La gnosis además de tratar la relación del ser humano consigo mismo y con el mundo, se ocupa de su relación con Dios. Pero ningún sistema ético se ocupa de esta última relación. Solamente el sistema moral de la religión se ocupa de ese aspecto.

b) El viaje espiritual del que habla la gnosis, como las palabras lo indican, está condicionado por el movimiento. Pero los principios morales son estáticos. La gnosis habla de un punto de partida y después menciona diversos estadios que el novicio tiene que atravesar para alcanzar el estadio final.
Desde el punto de vista de un gnóstico, el sendero espiritual es un sendero real, no figurativo o perceptible por los sentidos. Es necesario atravesar varios estadios y no es posible para nadie alcanzar un estadio determinado sin pasar por el estadio previo.
A los ojos del gnóstico, el alma humana es como un chico o una planta que tiene que ser nutrida de acuerdo con un sistema determinado. Por otra parte, en la ética se enfatizan solamente ciertas cualidades, como ser la veracidad, la amistad, la justicia, la castidad, la caridad, el sacrificio, es decir, las cualidades que lustran y embellecen el alma. Desde el punto de vista moral el alma humana se puede comparar a una casa que tiene que ser pintada y decorada, aunque para ello no hay que observar ningún orden y el trabajo se puede comenzar desde cualquier punto.

c) En la moral los elementos espirituales son limitados. Todos saben lo que ello significa. Por el contrario, los elementos espirituales de la gnosis son comparativamente vastísimos.

En relación con el viaje espiritual, los estadios y fases sensibles que se tratan en la gnosis son encontrados por el novicio o la novicia personalmente. Su experiencia no es compartida por otros.

Otra parte de la ciencia de la gnosis explica la naturaleza del universo. Se ocupa de Dios, el mundo y el ser humano. Esta parte de la gnosis se parece a la filosofía porque intenta interpretar el universo de un modo filosófico. Pero así como tiene un gran parecido con la ética sin ser lo mismo, de la misma manera la gnosis tiene rasgos comunes con la filosofía pero es diferente de ella. Más adelante explicaremos esto mejor.


Gnosis Teórica

Llegamos ahora al aspecto teórico de la gnosis. La gnosis teórica se ocupa de la naturaleza del universo y trata del ser humano, Dios y el mundo. Esta parte de la gnosis se asemeja mucho a la teosofía, porque ambas interpretan la naturaleza del universo. Así como la filosofía tiene sus propios problemas y principios, de la misma manera también los tiene el gnosticismo. La diferencia entre ambos es que la filosofía basa sus argumentos sobre sus postulados, mientras que la ciencia de la gnosis los basa en la visión o intuición, para después enunciar sus teorías de una manera lógica.

El razonamiento de la filosofía se puede comparar al estudio de un ensayo en su idioma original, y el razonamiento de la gnosis al estudio de un ensayo traducido de otro idioma. Lo que los gnósticos afirman es que comunican con el lenguaje de la razón lo que ven con los ojos de su corazón y su completa existencia física.

La concepción gnóstica de la existencia es totalmente distinta de la concepción filosófica. Desde el punto de vista de un filósofo la existencia de lo que no es Dios es tan real como la existencia de Dios. La diferencia reside en que Dios es (es decir, fue y será) autoexistente, mientras que todo lo que no sea Dios ni es autoexistente ni existe esencialmente. Es la Existencia autoexistente la que da vida a todas las demás cosas. Pero de acuerdo a los gnósticos la existencia de las cosas que no son Dios es absolutamente insignificante en comparación a lo que es Dios en la existencia, incluso admitiendo que es Dios el que hace que exista todo lo que no es Dios. Desde el punto de vista gnóstico, la existencia de Dios empapa todas las cosas y todas las cosas resultan una manifestación de Sus nombres y atributos. Nada existe, absolutamente, como El existe.

El punto de vista de los filósofos es distinto del de los gnósticos. El filósofo quiere entender este universo. En otras palabras, quiere tener en su mente una imagen relativamente abarcativa y completa. A los ojos de un filósofo el logro más elevado del ser humano es ser capaz de percibir el mundo de tal manera que funda en su propia existencia la existencia de este mundo y él mismo se convierta en el mundo. A esto se debe que la filosofía ha sido definida como: “Convertir el mundo mental del ser humano en (algo) similar al mundo existente”. Pero el gnóstico no está interesado en la razón y el intelecto. El quiere tener acceso a la realidad de la existencia, o sea, a Dios mismo. Quiere reunirse con esta realidad y observarla.

De acuerdo al gnóstico, el logro más elevado del ser humano es retornar a su origen (es decir, de donde ha venido), para aniquilar la distancia entre él y Dios, disipar los atributos humanos y buscar la supervivencia en Dios.

Un filósofo usa la razón y el intelecto mientras que el gnóstico para su propósito usa el corazón y el alma purificados y el constante esfuerzo espiritual.

Más adelante se verá más claro la diferencia entre las concepciones filosóficas y gnósticas del universo al debatir sobre estas últimas.


La Gnosis y el Islam.

Tanto los aspectos teóricos como los prácticos de la gnosis se relacionan estrechamente con el Islam, porque como cualquier otra religión, o más que otras religiones, el Islam determina y explica la relación del ser humano con Dios, con el universo y con los otros seres humanos.

Ahora se presenta la cuestión de ver cuál es la naturaleza de la relación entre lo que presenta la gnosis y lo que dice el Islam.

Los gnósticos musulmanes no admiten tener criterios o prácticas contrarios al Islam. Se oponen de forma vehemente a ello si alguien les imputa algo así. Por otra parte, afirman conocer las verdades islámicas mejor que cualquier otro y aseguran que solamente ellos son los verdaderos musulmanes. Citan, a todo efecto, capítulos y versículos del Corán, la Sunnah y relatos de la vida del Santo Profeta (BPD), los Imames (P) y los compañeros prominentes del Santo Profeta (BPD). Pero otros sostienen opiniones acerca de los gnósticos que son totalmente distintas de lo que afirman éstos. Mencionemos a continuación algunas de esas opiniones.

a) Algunos tradicionalistas y juristas sostienen que en términos generales los sufis no obran de acuerdo con el Islam y que citan el Corán y la Sunnah solamente para engañar o adular a los musulmanes. Dicen que básicamente el misticismo no tiene nada en común con el Islam.

b) Un grupo de los modernistas -no muy comprometido con el Islam y al que le deleita describir cualquier cosa que no le gusta como movimiento antiislámico (producto) de las pasadas desviaciones del Islam- es de la opinión que los gnósticos en la práctica no creen en el Islam y que el gnosticismo fue un movimiento antiárabe y antiislámico lanzado por los no árabes, quienes usaron la espiritualidad como una cobertura.
En lo que hace a su oposición al misticismo y a la gnosis, este grupo sostiene el mismo criterio que el primero. La diferencia entre ambos es que el primer grupo reverencia al Islam pero desprecia a los sufis y quiere sacar a la gnosis de la lista de las ciencias islámicas. En cambio el segundo grupo, al criticar y menospreciar a algunos sufis mundanales, usa esa crítica solamente como un pretexto para ir contra el propio Islam. Piensan que una espiritualidad sutil y elevada no es digna del Islam y por lo tanto debe haber sido importada del exterior. Creen que el nivel del Islam y la ideología islámica son demasiado bajos para las ideas gnósticas. De acuerdo a este grupo los sufis y gnósticos citan el Corán y la Sunnah solamente con el objeto de salvarse de la cólera de las masas.

c) El tercer grupo está compuesto por personas imparciales que sostienen que la forma práctica del gnosticismo, especialmente cuando asume un tinte de secta, está tan llena de innovaciones y desviaciones abominables que no se puede reconciliar con el Corán y la Sunnah. De cualquier manera, los gnósticos y los sufis, al igual que otros eruditos musulmanes, son sinceros respecto del Islam y no pretenden expresar intencionalmente nada que sea repugnante al Islam.

Los sufis pueden haber cometido algunas equivocaciones, pero esos errores han sido cometidos por todos los estudiosos, incluidos los teólogos, filósofos, comentaristas del Corán, juristas, etc.. Esto no significa que tengan malas intenciones hacia el Islam.

Solamente quienes son hostiles al Islam o a la gnosis hablan de sentimientos antiislámicos de los gnósticos y los sufis. Así sirven solamente a sus propios objetivos indignos. Cualquiera que conoce el lenguaje y expresiones especiales de los libros gnósticos, puede encontrar muchos errores en éstos, pero no puede sospechar de su sinceridad con el Islam.

En nuestra opinión este tercer punto de vista es el mejor porque estamos seguros de que la intención de los gnósticos no ha sido mala. Sin embargo, sería necesario que quienes tienen un profundo conocimiento de la gnosis y al mismo tiempo son expertos en otras ciencias islámicas, observaran imparcialmente las doctrinas y teorías sufis y determinaran hasta dónde concuerdan con el Islam.


Šarî‘ah, Tarîqah y Haqîqah (Ley Islámica, Sendero Espiritual y Verdad).

También es causa importante de desacuerdo entre los gnósticos y otros estudiosos del Islam, especialmente los juristas, la visión particular que tienen los gnósticos acerca de šarî‘ah, tarîqah y haqîqah.

Los gnósticos y los juristas concuerdan en que las normas de la ley islámica se basan en la verdad y la razón o causas legítimas, lo cual implica ventajas definidas. Generalmente los juristas interpretan las causas legítimas como esas cosas que aseguran el máximo bienestar espiritual y material del ser humano. Pero los gnósticos creen que todos los senderos se encaminan hacia Dios y que todas las verdades y causas legítimas preparan el camino para llegar a El.

Los juristas dicen que todas las normas del derecho islámico tienen ciertas ventajas implícitas, que pueden ser consideradas su espíritu o exposición razonada. Estos beneficios solamente se pueden obtener por medio de actuar de acuerdo a esas normas. Los gnósticos, por otra parte, dicen que esas causas legítimas son una especie de estadio que conduce al ser humano a la estación de la proximidad a Dios y la guía para tener acceso a la Verdad.

Los gnósticos creen que el aspecto íntimo del derecho islámico es el sendero espiritual que se llama tarîqah, siendo el fin del mismo la Verdad, es decir, la unidad en Dios en el sentido especial mencionado anteriormente. De acuerdo a ellos, esta posición solamente se puede obtener por medio de la aniquilación del “yo”. Los gnósticos creen en tres cosas: la šarî‘ah, la tarîqah y la haqîqah. La šarî‘ah es un medio para alcanzar la tarîqah, y la tarîqah es un medio para alcanzar la haqîqah. Así, la šarî‘ah es la cáscara en comparación con la tarîqah y ésta es la médula. De la misma manera, la tarîqah es la cáscara en comparación con la haqîqah y ésta es el núcleo. Desde el punto de vista de los juristas (Fuqaha’) las enseñanzas divinas se dividen en tres partes. La primer parte consiste de los fundamentos (‘Aqã’id), de los que se ocupa la teología escolástica. En lo que a los fundamentos concierne, uno debe tener una firme creencia en todos los fundamentos y principios básicos islámicos, al menos intelectualmente.

Otra parte de las enseñanzas islámicas tiene que ver con las normas morales (’Ajlãq). Esta parte se ocupa de las conductas buenas y malas que se discuten en las ética.

La tercera parte de las enseñanzas islámicas se ocupa de las normas del derecho que se mencionan en la jurisprudencia islámica.

Todas estas partes de las enseñanzas islámicas son independientes unas de otras. Los fundamentos son afines a la razón y al pensamiento. Las conductas se refieren a los hábitos e inclinaciones. Y las normas del derecho se relacionan con los órganos y miembros (Código de Disposiciones).

En lo que hace a los fundamentos, los gnósticos no consideran suficiente la mera creencia intelectual. Dicen que es necesario considerar o reflexionar sobre las verdades en las que cree el ser humano y también hacer algo para sacar la cortina que existe entre él y esas verdades. De la misma manera, los gnósticos no consideran suficiente la influencia limitada de las buenas conductas. En vez de sujetarse a las conductas científicas y filosóficas sugieren emprender el camino espiritual, el cual tiene sus propias características especiales.

En lo que a las normas del derecho se refiere, los gnósticos no se oponen a ellas. Se puede considerar que solamente las opiniones sobre unos pocos asuntos son contrarias a los principios aceptados en el derecho islámico.

A los tres componentes mencionados de las enseñanzas islámicas los gnósticos llaman šarî‘ah, tarîqah, haqîqah.

Sostienen que el caso de la šarî‘ah, la tarîqah y la haqîqah es como el del ser humano, compuesto también de tres partes, es decir, el cuerpo, el alma y el intelecto . Estas tres partes del ser humano no se pueden separar una de otra a pesar de que cada una tiene una entidad propia. Por lo tanto, forman un conjunto unificado. La relación que existe entre ellas es de interior y exterior. La šarîa‘h es el exterior, la tarîqah es el interior y la haqîqah es el interior del interior. Los gnósticos también creen que la existencia humana tiene muchos estadios y grados y que algunos de estos grados están más allá de la comprensión humana. Más adelante volveremos sobre este asunto con una mayor explicación.


El Material de la Gnosis Islámica.

Para obtener conocimiento de una ciencia es necesario conocer su historia y los desarrollos que tuvieron lugar en la misma de época en época. También es necesario ser conocedor de los libros básicos de esa ciencia y de las personalidades que la inventaron o desarrollaron. Ahora pasamos a esos puntos. Lo primero que se puede preguntar aquí es si la ciencia de la gnosis islámica se ha desarrollado de la misma manera que la ciencia de la jurisprudencia islámica y sus principios, que la ciencia de la exégesis coránica y que la ciencia de los ’ahãdîth (tradiciones), lo cual, en conjunto, representa el material básico islámico y los elementos derivados de las mismas por los musulmanes, o si la naturaleza de la gnosis islámica es similar a la de las matemáticas y la medicina, ciencias que en un comienzo vinieron al mundo musulmán del exterior y luego fueron desarrolladas al máximo. Y también podemos preguntarnos si hay una tercera posibilidad.

En cuanto a los gnósticos, sostienen la primera alternativa y rechazan totalmente cualquier otra posibilidad. Pero algunos orientalistas insistieron y aun insisten en que las ideas sutiles de la gnosis han entrado en el Islam del mundo exterior. A veces alegan que el origen de las ideas gnósticas es el cristianismo, y que las mismas penetraron en los círculos musulmanes como resultado del contacto entre los musulmanes y los monjes cristianos. A veces describen la gnosis como una reacción de los iraníes frente a los árabes y el Islam. A veces llaman misticismo a un subproducto de la filosofía neoplatónica, el cual es una amalgama de los puntos de vista de Aristóteles, Platón y Pitágoras, por una parte, y los principios judeo-cristianos, por otra. A veces estos orientalistas aseguran que la gnosis islámica tomó su inspiración de las ideas budistas. Por más extraño que pueda parecer, en el mundo musulmán los contrarios a la gnosis también han intentado probar, constantemente, que su origen es no islámico, y que resulta ajeno al Islam.

De acuerdo a una tercer teoría, tanto en sus aspectos teóricos como prácticos, la gnosis básicamente ha derivado solamente del Islam, aunque a posteriori también fue influenciada por otras fuentes, especialmente por la teología escolástica, la filosofía y el iluminismo, todo lo cual ha modificado considerablemente su carácter.

La cuestión, ahora, es saber si como los juristas, los gnósticos también tuvieron éxito en disponer sobre líneas correctas el material básico que obtuvieron originalmente del Islam y si han sido capaces de estructurar las normas operativas en consecuencia. Si fuese así, ¿hasta qué punto pueden asegurar que no se desvían de los auténticos principios islámicos?. ¿Se ha limitado a un grado razonable la influencia exterior sobre la gnosis islámica?. ¿La gnosis islámica solamente asimiló influencias exteriores o además éstas la desviaron de su dirección original?.

Todas estas preguntas requieren una meditación profunda y una discusión concienzuda. De cualquier manera se debería admitir que la gnosis islámica posee su inspiración en el Islam. Los proponentes y sostenedores de la primera teoría, y también en un cierto grado los de la segunda, opinan que el Islam es una religión simple, llana e inequívoca. No contiene ninguna cosa misteriosa o ininteligible.

Opinan que el monoteísmo es la creencia fundamentalísima del Islam, creencia que sostendría que toda estructura tiene un constructor distinto y separado de la propia estructura. De la misma manera, este mundo tendría un constructor que está separado del mundo, y es totalmente independiente del mismo.

Opinan que a los ojos del Islam el ascetismo o desapego (zuhd) es la base de la hacienda y de otros bienes mundanales. Ascetismo o desapego significa evitar o rehuir los lujos y deleites sensuales transitorios de este mundo en consideración de los eternos beneficios espirituales del próximo mundo. Para este propósito hay que atenerse a ciertas normas legales mencionadas en la jurisprudencia islámica.

Opinan que lo que los gnósticos entienden por unidad de Dios es totalmente distinto del monoteísmo islámico, porque para ellos la unidad de Dios significa la unidad de la existencia. En otras palabras, creen que no existe nada excepto Dios, Sus nombres, Sus atributos y Sus manifestaciones.

Opinan que el camino espiritual del gnóstico es también distinto del ascetismo islámico porque en relación con dicho camino los gnósticos hablan de cosas como "amor por Dios", "aniquilación del ego y habitar en Dios", y de "la revelación de la gloria de Dios en sus corazones", cosas de las que no hay rastro en el ascetismo islámico.

Opinan que la tarîqah de los gnósticos también es distinta de la šarî‘ah (ley islámica), que las normas del comportamiento personal y el estilo de vida discutidos en la tarîqah no se encuentran en la jurisprudencia islámica.

Sostienen que los compañeros virtuosos del Santo Profeta (BPD) eran solamente ascetas, desconocedores del camino espiritual y del concepto de unidad propios del gnosticismo. Dicen que dichos compañeros eran indiferentes a los bienes mundanales, que concentraban toda su atención en el otro mundo y que temían el castigo del Infierno y esperaban el Paraíso. Pero todos estos criterios no son de ninguna manera aceptables. El primer período islámico es más profundo que lo que esa gente supone por ignorancia o intencionalmente. El monoteísmo islámico no es tan simple o hueco como ellos piensan, ni el Islam está limitado a un ascetismo seco. Ni los virtuosos compañeros del Santo Profeta (BPD) eran tan simples como asegura esta gente ni las normativas islámicas se limitaban a actos externos de devoción. Quisiéramos señalar brevemente aquí que en las enseñanzas originales del Islam hay muchas cosas que indican o sugieren los puntos excelsos y sutiles tanto de la gnosis teórica como práctica.

En cuanto hasta dónde los gnósticos musulmanes se han beneficiado de esas enseñanzas y qué errores han cometido, no es posible tratarlo en este breve discurso.

En lo que hace a la unidad de Dios, el Sagrado Corán no ha comparado en ninguna parte a Dios y Su creación con una estructura y su constructor. El Corán declara que Dios es el Creador de todo el mundo y que El está en todas partes y en todas las cosas.

Dice el Corán: ...Adondequiera que volváis, allí está la faz de Dios...(sûrah Al Baqarah -La Vaca-, 2:115). ...Estamos más cerca de él (del ser humano) que su misma vena yugular (sûrah Al Qãf, 50:16). El es el Principio y el Fin (todas las cosas empiezan en El y terminan en El), el Visible y el Escondido...(sûrah Al Hadîd -El Hierro-, 57:3).

Es obvio que tales versículos llevan a un entendimiento del monoteísmo de una manera mejor y más elevada que el monoteísmo de las masas. Hay una tradición en “Al-Kãfî” que dice que Dios sabía que durante el último período habría gente que profundizaría en el monoteísmo y que por eso reveló la sûrah “at-Tawhîd”(capítulo 112, La Fe Pura) y los versículos iniciales de la sûrah “al-Hadîd”(capítulo 57, El Hierro).
Para probar la validez del camino espiritual y obtener la proximidad a Dios, es suficiente tener presente el versículo que habla acerca del “encuentro con Dios” y “obtener el agrado de Dios”. Por otra parte, hay versículos que hablan de la revelación y la inspiración o dicen que los ángeles hablaron con otras personas además de los Profetas, como por ejemplo, con Marîam (P). En relación con esto, también son importantes los versículos que relatan la ascensión del Profeta (BPD) al cielo.

Se ha mencionado en el Corán el alma concupiscente, el alma reprochadora y el alma pacificada. También se menciona el conocimiento impartido directamente por Dios, y la guía como resultado del esfuerzo personal. A quienes se han esforzado por Nosotros, hemos de guiarles por Nuestros caminos...(sûrah Al ‘Ankabût -La Araña-, 29:69).

De la misma manera, el Corán ha descrito la purificación del alma como motivo de éxito. Por cierto que ha triunfado quien la purifica y ha fracasado quien la corrompa. (sûrah As-Šams -El Sol-, 91:9-10).

En varias partes del Corán se ha descrito el amor de Dios como superior a todas las relaciones y afectos humanos.

El Corán dice que toda partícula del universo glorifica a Dios. Esto ha sido dicho de una manera que sugiere que si el ser humano perfecciona su tafaqquh (entendimiento), puede comprender su glorificación. Además, se ha dicho en relación con la naturaleza humana que Dios ha soplado Su espíritu en el ser humano.

Estas cosas son suficientes para atraer la atención a la existencia de vastas relaciones espirituales, especialmente a la relación entre el hombre y Dios.

Como mencionamos antes, la cuestión no es si los gnósticos musulmanes usaron este material correcta o incorrectamente. Lo importante es que este material existe y tiene la potencialidad de proponer ideas excelentes. Incluso si se admite que los gnósticos musulmanes no lo usaron correctamente, alguna otra gente no conocida cono gnóstica, sí lo usó correctamente.

Además, las tradiciones, relatos, sermones súplicas y "protestas" (los libros redactados en protesta contra los principios y puntos erróneos como "Al-Ihtiyãy" de Tabrisi) de los musulmanes así como los relatos de la vida de eminentes personalidades islámicas, indican claramente que el ascetismo seco y la simple adoración con la esperanza en el premio en la próxima vida no eran tenidos tan en cuenta en el período inicial del Islam.
Esos relatos, sermones, súplicas y “protestas” contienen puntos elevadamente sublimes. Las narraciones de las vidas de las primeras personalidades musulmanas eminentes arrojan suficiente luz sobre su espiritualidad excelsa, sus corazones esclarecidos, sus pasiones ardientes y su amor espiritual. Relataremos aquí solamente una anécdota.

Hay una narración en “Al Kãfî” que nos cuenta que un día, el Santo Profeta (BPD), después de cumplir con sus oraciones, vio a un joven débil y encorvado cuyo rostro se había vuelto pálido, cuyos ojos estaban hundidos y que se mantenía en equilibrio con dificultad. El Santo Profeta (BPD) le preguntó quién era. El joven dijo: “Tengo la prueba”, por lo que el Santo Profeta (BPD) inquirió: “¿Cuál es el signo de tu prueba o convencimiento?”. Respondió el joven: “Es mi prueba lo que me ha apesadumbrado, lo que me mantiene despierto durante la noche (en vigilia), lo que me tiene sediento durante el día (debido al ayuno). Ella ha hecho que me abstraiga de todas las cosas del mundo. Veo como si el Trono de Dios fuera erigido con el propósito de considerar las acciones de las personas que fueron congregadas en la Reunión del Juicio, siendo yo una de ellas. Vi a los moradores del Paraíso gozosos y a los moradores del Infierno sufriendo castigo. Se presenta (de una manera que) incluso ahora me parece que estoy escuchando las ráfagas de las llamas del Infierno”. El Santo Profeta (BPD) se volvió hacia sus compañeros y dijo: “Es el hombre cuyo corazón Dios ha iluminado con la luz de la fe”. Después el Santo Profeta (BPD) se volvió hacia el joven y le dijo: “Conserva este estado, no sea que lo pierdas”.

El joven dijo: “Por favor, ruega a Dios que me conceda el martirio”. Al poco tiempo tuvo lugar una batalla donde participó dicho joven y fue martirizado.

Incluso la narración de la vida del Santo Profeta (BPD) así como sus dichos y súplicas están llenos de fervor espiritual e indicaciones gnósticas. A menudo los gnósticos respaldan la autoridad de sus posiciones con citas de los ruegos del Profeta (BPD).

Los dichos del Imam ‘Alî (P) también están repletos de espiritualidad y casi todos los gnósticos remontan a él, el origen de sus órdenes. Citaremos aquí dos pasajes del “Nahy al Balãgah” (Cimas de la Elocuencia).
“No hay duda que Dios Todopoderoso ha hecho de Su recuerdo el lustre de los corazones. Por medio de ello el sordo empieza a oír, el ciego empieza a ver y el arrogante se vuelve sumiso. En cada época y en cada período Dios Todopoderoso ha creado hombres en cuyas mentes pone Sus secretos y a través de cuyos intelectos El les habla”(Sermón 220).

“Una persona devota vivifica su corazón y aniquila su ego hasta que lo que es tosco se vuelve delicado. Una luz brillante frente a ella le muestra el camino y le ayuda a avanzar hacia Dios. Muchas puertas la impelen hacia adelante hasta que alcanza la puerta de la paz y la seguridad y llega al destino donde tiene que permanecer. Sus pies están firmes y su cuerpo satisfecho porque usa su corazón y agrada a su Señor”(Sermón 218).

Las súplicas islámicas, especialmente las que han sido enseñadas por los Imames (P) de la descendencia del Santo Profeta (BPD), son una fuente de conocimiento. La "súplica de Kumaîl", la "súplica de Abu Hamzah Thumali", la "Munayãt Ša‘banîîah" y la "Sahifah Sayyadîîah", contienen las expresiones espirituales más sublimes y lecciones superlativas en sus consejos y advertencias.

En presencia de todas estas fuentes, ¿es necesario andar de aquí para allá buscando procedencias extrañas?.

Se plantea una cuestión similar con la campaña de protesta lanzada por Abu Dharr Gifãri, el prominente compañero del Santo Profeta (BPD), contra los tiranos de su época. Criticó fuertemente la tiranía y discriminación cometidas por los mismos, debiendo sufrir muchas penurias debido a ello. Finalmente fue exiliado y murió en el exilio.

Algunos orientalistas han planteado qué fue lo que motivó a Abu Dharr a actuar como actuó, y buscan los motivos fuera del mundo islámico.

Un árabe cristiano, George Jordac, en su libro sobre el Imam ‘Alî (P), “La Voz de la Justicia Humana”, dice: “Estamos sorprendidos con esta gente. ¿Es razonable ver a un hombre sentado a orillas de un río o en la costa del mar intentando saber de qué corriente proviene el agua con la que llenó su vasija?. Si procedemos así, estaremos pasando por alto el río o el mar y estaremos buscando la fuente o corriente de donde dicho hombre podría haber tomado el agua”.

Evidentemente Abu Dharr no podía tener ningún otro motivo más que el Islam. ¿Qué otro motivo podía haberlo persuadido contra la tiranía de Mu‘ãwiîah, etc.?.

Con la gnosis pasa exactamente lo mismo. Los orientalistas han cerrado los ojos a la gran fuente del Islam y buscan alguna otra fuente que puedan describir como la fuerza motivante de la espiritualidad islámica.

¿Podemos rechazar las fuentes del Corán, las tradiciones, los sermones, las súplicas y el modo de vida del Santo Profeta (BPD) y de los Imames (P) simplemente para legalizar la teoría de los orientalistas y sus discípulos orientales?.

Al principio los pseudo-orientalistas estuvieron inclinados a acreditar como fuente de la gnosis islámica cosas extrañas a las enseñanzas islámicas. Pero más tarde algunos orientalistas genuinos como el inglés Nicholson y el francés Massignon, que habían hecho un vasto estudio de la gnosis islámica y conocían el Islam, admitieron que el Corán y la Sunnah eran el manantial de la gnosis islámica.

Citaremos unas pocas sentencias de Nicholson, quien expresa:
Encontramos en el Corán que Dios dice:

a) Dios es la Luz de los cielos y la tierra.
b) Él es el Primero y Él es el Último.
c) No hay deidad sino El.
d) Todo lo que no sea Dios es pasajero.
e) Yo soplé en el ser humano Mi espíritu.
f) Nosotros creamos al ser humano y Nosotros sabemos lo que su alma alega, porque Nosotros estamos más cerca suyo que su vena yugular.
g) A cualquier lado que te vuelvas, allí está el rostro de Dios.
h) A quien Dios no le proveyó luz, no tiene luz alguna.

No hay ninguna duda de que las profundas raíces de la gnosis se encuentran en estas expresiones coránicas. Para los primeros gnósticos el Corán no era solamente la palabra de Dios sino también un medio de obtener la proximidad a El. Para sopesar los versículos coránicos, especialmente los que señalan la ascensión del Profeta (BPD), los gnósticos intentaron absorber la cualidad espiritual del Profeta (BPD).

También se menciona en el Corán el principio de unidad encontrado en el gnosticismo. A eso se suma el hadîth “al-Qudsi” (tradición que cita las palabras de Dios), de acuerdo al cual el Santo Profeta (BPD) dijo que Dios dice: “Cuando mi siervo se acerca a Mí por medio de sus actos de adoración y las buenas acciones, Yo empiezo a amarlo. Y cuando Yo lo amo, me convierto en los oídos con los que él escucha, los ojos con los que ve, la lengua con la que habla y la mano con la que agarra”.

Como señalamos repetidamente, la cuestión no es si los gnósticos han utilizado apropiadamente o no esos versículos, tradiciones y narraciones. La cuestión es si la fuente original de las ideas gnósticas son islámicas o no islámicas.